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miércoles, 9 de febrero de 2022

15 de enero

15 de Enero. 10 de la mañana. Se levanto y tomo un poco de café que había quedado del día anterior. Pequeñas ventajas de las vacaciones. Levantarse tarde, sin depender del reloj que habitualmente manda. Escuchar los pájaros que cantaban al borde de la ventana. Raro, nunca hay pájaros en mi ventana, pensó. Asomo su cabeza por la ventana y pido verificar algo que no pasaba habitualmente, la calle estaba desierta, luego pensó que en verano las cosas suelen ser asi, ya que en Buenos Aires no queda nadie a esta altura del año. Calles despobladas, escasos automóviles, poco ruido. La ciudad por este corto periodo es de uno, pensó nuevamente y volvió a su pequeño desayuno matinal. Se vistió con esa ropa que solo uno se pone en verano y salió a comprar un par de cosas que había anotado en una pequeña lista que tenia pegada en la heladera. Cerró la puerta y comenzó a caminar. De pronto, dejo de avanzar de manera automática y pudo ver que la calle estaba vacía. Había algunos autos estacionados, pero la calle estaba completamente vacía. Camino una cuadra, dos y la calle seguía vacía. Una pequeña brisa revolvía algunos papeles de diarios tirados sobre la vereda. ¿Dónde esta la gente? Observo por la avenida y no circulaba ningún auto, ningún colectivo, ningún taxi. Podían verse las avenidas y su punto de fuga allá a lo lejos, sin ser interferido por nada. Los negocios estaban cerrados y los semáforos funcionaban normalmente sin sentido alguno. Miro a su alrededor y solo lo envolvía el silencio. Pego uno, dos, tres gritos pero nadie contesto, solo se escucho un pequeño eco de su voz, allá a lo lejos. Volvió a su casa corriendo y prendió la televisión. Y rara fue su sorpresa cuando vio que había señal en todos los canales, pero los estudios de televisión estaban completamente desocupados. Incluso hasta los programas extranjeros habían quedado con su ultimo subtitulo. Llamo por teléfono a sus padres y atendió el contestador. Llamo desde su celular a sus amigos y nadie contestaba. De pronto un sonido agudo rompió los vidrios de las ventanas y atravesó su cabeza. El sonido desde un lugar extraño. Era algo similar a una sirena, pero mucho más fuerte. Abrió la puerta como pudo, tapándose los oídos con sus dos manos y de pronto apareció frente a el un aparato gigante dorado con números en la frente. Lo observo durante unos segundos y de manera violenta una soga lo tomo del cuello y lo tiro de espaldas contra el piso. Cerró los ojos y todo el cielo se volvió oscuro. Pasaron un par de minutos cuando decidió abrir un ojo. El sonido agudo seguía intacto, pero ahora sonaba de manera intermitente. Una línea delgada gris le dio la bienvenida. Con su mano derecha casi dormida tanteo el mueble y apago el despertador. 15 de Enero. Eran las 10 de la mañana. Se dio media vuelta y puedo ver el techo blanco, sin sombras, solo con esas pequeñas manchas de humedad que ya conoce y que por pereza de pintarlas siguen allí. Otro día más. Otro día. Cuando de pronto una sensación de vació lo levanto de la cama violentamente. Miro por la ventana y la calle estaba desierta. Un pájaro se poso sobre su ventana, raro, nunca hay pájaros en mi ventana, pensó y de pronto algo le pareció familiar.

 


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